Tengo, y lo que tengo lo mantengo a base de amor y fe. Siento que si no estás no corre el viento, quizás afuera sí, pero no dentro de mí. Vengo sin maleta, con lo puesto, y esta canción mi remedio, vitamina pa’ el vivir. Vuelvo, y acelero si estás lejos, pongo el freno cuando pasas junto a mí.
La melodía de una rumba me dijo: el secreto no está en la tumba, sino en el vivir. Y viviendo a todo trapo olvidé caminar despacio y las heridas en mis pies sentí. No cantaré a lo que desconozco, solo a lo que entró en el fondo como el poso del vino que bebí. Y antes de emborracharme brindaré mirando a tus ojos y gritaré que el secreto es el amor que siento por ti.
La primera lección aprendí pero olvidé el cuaderno al salir, y en la escuela de la vida no se puede repetir. Así que voy lápiz en mano, tomando notas y callando; a veces es mejor no decir. Aprendí a alzar la vela, a aguantarla en la marea y a romper las olas del mal vivir. Y es que el vaso medio lleno, medio vacío, mi niña , solo depende de ti y de mí.
Y no es más rico el que más lleva, sino el que algo tiene y lo conserva, sin enfriarlo, sin olvidarlo en un cajón. Y no hay mayor tesoro que el que guardas en tu corazón, no en el bolsillo triste de un pantalón.
La primera lección aprendí pero olvidé el cuaderno al salir, y en la escuela de la vida no se puede repetir. Así que voy lápiz en mano, tomando notas y callando; a veces es mejor no decir. Aprendí a alzar la vela, a aguantarla en la marea y a romper las olas del mal vivir. Y es que el vaso medio lleno, medio vacío, mi niña , solo depende de ti y de mí.
Y no es más rico el que más lleva, sino el que algo tiene y lo conserva, sin enfriarlo, sin olvidarlo en un cajón. Y no hay mayor tesoro que el que guardas en tu corazón, no en el bolsillo triste de un pantalón.
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