La medida del amor es el amor sin medida.
viernes, 29 de junio de 2012
miércoles, 27 de junio de 2012
Para ti.
No lo sabes, y no sé si vas a leer esto, pero aún con todo esto me estás ayudando más de lo que te imaginas. No es cierto que piense que no has creído en mí lo suficiente, a pesar de que te lo dije. Me alegró ver que protestabas ante ese comentario.
Quiero pensar que en el fondo te gustaría creerme con lo de los cambios de las personas. De todas formas pretendo demostrártelo. No sólo para que veas lo que soy capaz de hacer, si no porque mucha gente agradecería una segunda oportunidad a veces.
Pero bueno, que sepas que siento mucho que ayer tuvieras que estar incómodo, pero era inevitable.
Y sí, es cierto que todavía, y ahora mismo, me estás ayudando más que nadie, más de lo que piensas, aunque no sepas en qué ni vayas a preguntármelo. Pero gracias.
Quiero pensar que en el fondo te gustaría creerme con lo de los cambios de las personas. De todas formas pretendo demostrártelo. No sólo para que veas lo que soy capaz de hacer, si no porque mucha gente agradecería una segunda oportunidad a veces.
Pero bueno, que sepas que siento mucho que ayer tuvieras que estar incómodo, pero era inevitable.
Y sí, es cierto que todavía, y ahora mismo, me estás ayudando más que nadie, más de lo que piensas, aunque no sepas en qué ni vayas a preguntármelo. Pero gracias.
Maldita dulzura.
Hablemos de ruina y espina, hablemos de polvo y herida, de mi miedo a las alturas. Lo que quieras pero hablemos de todo menos del tiempo, que se escurre entre los dedos.
Hablemos para no oírnos, bebamos para no vernos. Hablando pasan los días que nos quedan para irnos, yo al bucle de tu olvido, tú al redil de mis instintos.
Maldita dulzura la tuya.
Maldita dulzura la tuya.
Me hablas de ruina y espina, te clavas el polvo en la herida, me culpas de las alturas que ves desde tus zapatos. No quieres hablar del tiempo aunque este de nuestro lado.
Y hablas para no oírme, y bebes para no verme. Yo callo y río y bebo, no doy tregua ni consuelo. Y no es por maldad, lo juro, es que me divierte el juego.
Maldita dulzura la mía.
Maldita dulzura la mía.
Maldita dulzura la nuestra.
domingo, 24 de junio de 2012
viernes, 22 de junio de 2012
sábado, 16 de junio de 2012
pequeño,
Te recuerdo que tenemos una promesa ambos, una tú y una yo.
Yo pienso cumplir la mía, para que tú cumplas la tuya. A pesar de todo no pienso rendirme y ya lo dije. Crean en mí o no crean. Sólo quiero que tengas en cuenta que no voy a dejarlo todo, no voy a hundirme como cada vez que pasan cosas malas, y me derrumbo. Digamos que eso es la primera parte para demostrar que puedo hacerlo. Tú no confiabas en que pudiera cambiarlo en una semana, ¿no es cierto? No me ha hecho falta ni un día, porque anoche comprendí que ya estaba poniéndolo en práctica. Es una hábito, un simple hábito que si sabes cómo se puede quitar de una forma sencilla. Todos me lo han dicho. El único que no se lo ha creído es la persona que me tiene que ayudar.
¡Pero no importa! ¡Te dije que lo haría por ti y no me doy por vencida! Son los sentimientos malos los que me nublan, tanto la tristeza como el enfado, y esto que ha pasado durante un año es tan, tan importante para mí, que no necesito más. Por ti se va a terminar esto. Pero tú también cumple tu promesa, es lo único que me motiva. Eres mi única meta para conseguirlo, y no voy a renunciar, porque nunca he sentido tanta fuerza en mí para hacer algo tan grande. Tanta es la seguridad que tengo, querer es poder.
¡No tengo miedo!:)
Yo pienso cumplir la mía, para que tú cumplas la tuya. A pesar de todo no pienso rendirme y ya lo dije. Crean en mí o no crean. Sólo quiero que tengas en cuenta que no voy a dejarlo todo, no voy a hundirme como cada vez que pasan cosas malas, y me derrumbo. Digamos que eso es la primera parte para demostrar que puedo hacerlo. Tú no confiabas en que pudiera cambiarlo en una semana, ¿no es cierto? No me ha hecho falta ni un día, porque anoche comprendí que ya estaba poniéndolo en práctica. Es una hábito, un simple hábito que si sabes cómo se puede quitar de una forma sencilla. Todos me lo han dicho. El único que no se lo ha creído es la persona que me tiene que ayudar.
¡Pero no importa! ¡Te dije que lo haría por ti y no me doy por vencida! Son los sentimientos malos los que me nublan, tanto la tristeza como el enfado, y esto que ha pasado durante un año es tan, tan importante para mí, que no necesito más. Por ti se va a terminar esto. Pero tú también cumple tu promesa, es lo único que me motiva. Eres mi única meta para conseguirlo, y no voy a renunciar, porque nunca he sentido tanta fuerza en mí para hacer algo tan grande. Tanta es la seguridad que tengo, querer es poder.
¡No tengo miedo!:)
jueves, 14 de junio de 2012
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos». El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
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