jueves, 16 de febrero de 2012

...y la puta vieja Celestina~

+En esto veo, Melibea, la grandeza de Dios.
-¿En qué, Calisto?
 +En dar poder a natura que de tan perfecta hermosura te dotase, y hacer a mi inmérito tanta merced que verte alcanzase, y, en tan conveniente lugar, que mi secreto dolor manifestarte pudiese. Por cierto, los gloriosos santos que se deleitan en la visión divina, no gozan más que yo ahora contemplándote.
-¿Por gran premio tienes éste, Calisto?
+Téngolo por tanto, en verdad, que si Dios me diese en el cielo la silla sobre sus santos, no lo tendría por tanta felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario