Ella pertenece a todos, y no es de nadie.

Pues esto siempre debe ser un secreto que nadie sepa mas que tú y yo.

Todos tenemos miedo cuando estamos al borde del precipicio.

En ese momento, es cuando debes hablar con esa persona, llamarla, y decirle:
Te he amado, incluso antes de haberte conocido, eres mi vida, mi aire, mi oxigeno, mi mundo, eres yo, eres todo.
Sin ti, mi vida sería tan monótona, tan aburrida... 
De no haberte conocido, estaría con cualquier otro idiota que solo pretendería meterme en su cama un par de noches, que me haría llorar, que me utilizaría, y me dejaría malherida y destrozada enterrada bajo tierra. 
No dejaré que te vayas de mi vida, no así, no ahora, no ahora que te tengo aquí, frente a mi, a la distancia perfecta para estirar mi mano y cogerte, tenerte a mi lado, y juro que si te cogiera una sola vez, y me aceptaras, no te soltaría jamás, porque mi sueño es morir a tu lado, de viejos, casados, con hijos, o jóvenes, si es contigo, me da igual, pero jamás me dejes sola, porque te necesito. Soy una cobarde, pude decírtelo mucho antes, pero tenia miedo, porque todos tenemos miedo cuando estamos al borde de un precipicio; porque un pájaro no sabe volar nada más nacer, porque cuando te enamoras, eres una pequeño pájaro, porque nunca sabrás si volarás hasta que saltes del borde, y sientas el viento correr bajo tus alas. 

Dime que me quieres, y yo hoy aprenderé a volar.
Se mi aire, y dame esa estabilidad, o seré pasto de las fieras que me atrapen allá abajo en el suelo, y quién sabe si algún día volveré a intentar saltar desde este mismo precipicio.
Por eso, quiero decirte que pasaré mi vida, solo si tú quieres, contigo, porque te necesito para volar.  

Solo quiero tenerte conmigo, nada más. Regalarte una a una todas las estrellas. Que tú eres para mí y yo soy para ti. ¡No quiero nada más sin ti!